jueves, 26 de diciembre de 2013

El Aroma

El aroma siempre ha sido el eje de los recuerdos de Juan Manuel. Él es una persona muy jovial, siempre anda riendo a pesar de cargar con un corazón acartonado. Al inicio de su séptima década, aún no entiende cómo es que sus reminiscencias se han almacenado en su mente de aquella particular manera, y no como las personas del común; pues él había escuchado decir que las mujeres suelen ser "auditivas" y los hombres, "visuales". Su trabajo de albañil lo mantenía ocupado la mayor parte del tiempo, por no decir "las dos vueltas que da el reloj en un día"; no quería ser exagerado. Él carga con su antiguo oficio en las manchas de su piel morena, que han aparecido por las largas jornadas de exposición a la luz ultravioleta. Es ahora que Juan Manuel, sólo en su casa ubicada en medio de aquel barrio que ni su sombra se atreve a visitar—, sentado en su mecedora favorita se ha puesto a pensar en sus recuerdos; En el aroma de su piel y su pelo, en el cemento húmedo y la tierra mojada, mientras ella va y vuelve en su mismo puesto, pues él ya está sólo. Y su mente lúcida, y su cuerpo postrado. 

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